En los discursos, comentarios, coloquios y demás, toca escuchar cuando se refieren al auditorio, infantil, juvenil y/o adulto, la expresión incluyente: los y las (ciudadanos y ciudadanas, ecuatorianos y ecuatorianas, compañeros y compañeras… etcétera y etcétero… ups, perdón, me embalé.
La corriente de agregar al género femenino en la cotidianeidad, para unos desdice del acelerado mundo en que vivimos (porque se pierde tiempo en decir os/as todo el tiempo), durante cualquier discurso donde el orador u oradora al referirse a la humanidad de esa manera, resulta al final cansado, desubicando en tiempo y género a la persona, cosa que los costeños no estamos acostumbrados a escuchar ni las costeñas a reclamar su espacio en el habla general, o seguimos siendo machistas y hasta las mujeres ¿..?, esa es otra historia.
En el español no existe el género neutro, en ese sentido ¿deberíamos usar sustantivos que tengan un valor colectivo?, no siempre funciona porque esa generalidad, si bien es incluyente, no separa y ella ya no es ella, sino también, él, provocando una lucha de género interno más peligrosa de la que se riñe entre machos y hembras.
El reconocimiento del género femenino en el entorno público, peligra para las futuras generaciones, si se quiere (porque se debe) aplicar aquello, debemos empezar por englobar términos donde nos sintamos identificados hombres y mujeres. Por ejemplo, no es permitido que se hable de niños, niñas cuando se celebra el ‘día del niño’… ¿y la niña donde queda?... de eso los adultos no nos damos cuenta y hablablablablamos de fortalecer las bases en educación, cultura, formación y un sin fin de cosas más. ¿Qué esperamos para actuar?
Feliz día de la Niñez. Aquí sí vale universalizar la fecha conmemorativa.
La corriente de agregar al género femenino en la cotidianeidad, para unos desdice del acelerado mundo en que vivimos (porque se pierde tiempo en decir os/as todo el tiempo), durante cualquier discurso donde el orador u oradora al referirse a la humanidad de esa manera, resulta al final cansado, desubicando en tiempo y género a la persona, cosa que los costeños no estamos acostumbrados a escuchar ni las costeñas a reclamar su espacio en el habla general, o seguimos siendo machistas y hasta las mujeres ¿..?, esa es otra historia.
En el español no existe el género neutro, en ese sentido ¿deberíamos usar sustantivos que tengan un valor colectivo?, no siempre funciona porque esa generalidad, si bien es incluyente, no separa y ella ya no es ella, sino también, él, provocando una lucha de género interno más peligrosa de la que se riñe entre machos y hembras.
El reconocimiento del género femenino en el entorno público, peligra para las futuras generaciones, si se quiere (porque se debe) aplicar aquello, debemos empezar por englobar términos donde nos sintamos identificados hombres y mujeres. Por ejemplo, no es permitido que se hable de niños, niñas cuando se celebra el ‘día del niño’… ¿y la niña donde queda?... de eso los adultos no nos damos cuenta y hablablablablamos de fortalecer las bases en educación, cultura, formación y un sin fin de cosas más. ¿Qué esperamos para actuar?
Feliz día de la Niñez. Aquí sí vale universalizar la fecha conmemorativa.
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