La tendencia en nuevas formas de gobierno en América Latina son las autonomías, aplicadas a provincias o regiones, se habla el tema como única opción de acabar con el centralismo absorbe todo. Un país con autonomías se desarrolla.
Veamos: de 30 países en el mundo con mayor índice de competitividad global, 28 tienen un sistema descentralizado sea autonómico, federativo o confederado. Por ejemplo, cada cantón de Suiza tiene su propia constitución, poder legislativo, gobierno y parlamento, lo que permite una gran heterogeneidad en el grado de autonomía y nivel de competencias municipales.
Los antiautonomistas comentan que este sistema de gobierno corresponde a la línea neoliberal, España adoptó el sistema autonómico en un gobierno socialista, hoy el país vasco se convierte en una potencia mundial.
La ventaja de este sistema es que reduce los efectos negativos entre las distintas autonomías, las autonomías provinciales serán las bases de la nación, el gobierno nacional estará por encima (y no de soslayo) de ellas. El modelo autonómico como lo plantea el movimiento Ecuador Pragmático se fundamenta en cuatro principios fundamentales: Subsidiariedad, Solidaridad, Equidad y Proporcionalidad, tomando en cuenta que es un proceso de transición ordenada que requiere rigurosa compensación territorial.
Necesitamos autonomías, sin trampas, para ello, también un gobierno que no centralice todo, sino, que delegue a las provincias y/o regiones, funciones administrativas, sin tomar en cuenta el número de habitantes, tributación, cuencas hidrográficas, etcétera, esas trabas atrasan el proceso y no tienen nada que ver con “requisitos para ser autónomos”. Basta un sólo modelo autonómico que se adopte a la realidad de cada localidad.
Las autonomías no son camisa de fuerza para las provincias del país, no por eso la Constitución debe ignorarlas, 5 provincias votaron por las autonomías, el modo de pensar a un Ecuador mejor, es posible solamente siendo autónomos. Con gente nueva y honesta, claro.
Veamos: de 30 países en el mundo con mayor índice de competitividad global, 28 tienen un sistema descentralizado sea autonómico, federativo o confederado. Por ejemplo, cada cantón de Suiza tiene su propia constitución, poder legislativo, gobierno y parlamento, lo que permite una gran heterogeneidad en el grado de autonomía y nivel de competencias municipales.
Los antiautonomistas comentan que este sistema de gobierno corresponde a la línea neoliberal, España adoptó el sistema autonómico en un gobierno socialista, hoy el país vasco se convierte en una potencia mundial.
La ventaja de este sistema es que reduce los efectos negativos entre las distintas autonomías, las autonomías provinciales serán las bases de la nación, el gobierno nacional estará por encima (y no de soslayo) de ellas. El modelo autonómico como lo plantea el movimiento Ecuador Pragmático se fundamenta en cuatro principios fundamentales: Subsidiariedad, Solidaridad, Equidad y Proporcionalidad, tomando en cuenta que es un proceso de transición ordenada que requiere rigurosa compensación territorial.
Necesitamos autonomías, sin trampas, para ello, también un gobierno que no centralice todo, sino, que delegue a las provincias y/o regiones, funciones administrativas, sin tomar en cuenta el número de habitantes, tributación, cuencas hidrográficas, etcétera, esas trabas atrasan el proceso y no tienen nada que ver con “requisitos para ser autónomos”. Basta un sólo modelo autonómico que se adopte a la realidad de cada localidad.
Las autonomías no son camisa de fuerza para las provincias del país, no por eso la Constitución debe ignorarlas, 5 provincias votaron por las autonomías, el modo de pensar a un Ecuador mejor, es posible solamente siendo autónomos. Con gente nueva y honesta, claro.
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