“Sin embargo yo fui tal como ustedes, / Joven, lleno de bellos ideales”, recuerda el poeta Nicanor Parra en su poema “Autorretrato”. Así es estimados lectores, y Fidel Intriago, nacido el 9 de febrero de 1990 no escapa a esos ideales, bellos y sanos.
Quienes lo conocemos desde la infancia podemos decir que es un “adelantado”. Nació a los ocho meses, salvándose de todos los problemas y riesgos que sufren los ochomesinos. Pasaron ocho meses más y ya caminaba, y no es porque nadie lo quería tener en sus brazos, digamos, se despertaba ya su espíritu viajero. A los tres años cursaba el Pre-Kinder, cumplido los cuatro, ingresó al primer grado de escuela, es decir se saltó el Kinder, puesto que ya leía palabras y era muy elocuente al hablar comparado con otros niños de esa edad.
Cuando Fidel tenía cinco años de edad cumplidos, su padre, Carlos Intriago, lo llamó para leerle libros que había traído de su viaje a España, escogió “El principito” y Fidel dijo “ya lo leí”. Sigiloso y cerebral vivía su infancia, jamás tropezaba dos veces con la misma piedra, esto lo digo literalmente, si algo en su camino lo estorbaba, cambiaba el rumbo para llegar a su objetivo (al contrario mío, que pensaban que las piedras se movían). También era un destacado ajedrecista de los registros de la Federación Deportiva de Manabí, ganaba campeonatos, y a niños que doblaban su edad, en una oportunidad jugó con Martha Fierro, quien lo felicitó por su alto nivel competitivo. A esa edad soñaba con jugar un mundial de ajedrez en Europa.
A los 9 años concluyó la educación primaria, un año antes inició a jugar béisbol, durante los años de estudio escolar se destacó como orador y excelente estudiante, sus profesores lo recuerdan entre otras cosas por su fino sentido del humor, llevó la bandera de Manabí en el cuadro de honor. Con 12 años aprendió tipografía, luego se convierte en un impresor gráfico muy meticuloso, en esta actividad logra hacer impresiones en cuatricromías con el sistema de placas de poliéster, técnica que pulió durante cuatro años (unía dos placas para hacer una sola plancha), sorprendiendo a impresores con una vasta experiencia en el campo de la impresión, llegando a decir que lo que él hacía era imposible. Fidel Siempre sorprendía.
El sentido del humor lo reforzó en el colegio, sin dejar de destacarse como estudiante y buen orador que lo llevó a ganar concursos intercolegiales, lo combinaba con el béisbol que se convertiría en su pasión, fue pitcher dueño de un lanzamiento que pocos en el mundo de este deporte lo hacen. Soñaba con jugar en las grandes ligas norteamericanas. Aquí comenzó su otra pasión: el cine. Aquí quiere decir que tiene 15 años, realizaba guiones para cortos y traveseaba con una cámara D8.
Con 16 años ingresa a la universidad, estudia publicidad, pule sus guiones y escribe otros, un par de años más tarde escribe análisis cinéfilos para el Suplemento Séptimo Día de Diario El Mercurio de Manta y en un sitio web de Costa Rica publica; crea su Blog “CINEMANÍA” (http://cinefaidel.blogspot.
Este año la organización OchoyMedio de Quito, lo nombra promotor cultural del MAAC Cine en Manta. Aquí crea y dirige Cine Club de Manta. Tiene un paso fugaz por el Taller Literario “Soledumbre”, donde muestra su capacidad creativa en el cuento, otra vez nos sorprende a todos.
Hace pocos días, el 4 de agosto para ser más preciso, viaja a Lima, Perú en representación del Ecuador, al Encuentro de Jóvenes Críticos de Cine, en el marco del XIII Festival Internacional de Cine de Lima, que se desarrolló desde el 5 al 15 del mes que no termina aún.
Este encuentro Latinoamericano de Cine en Perú contó con la presencia de 10 jóvenes entre 18 y 30 años de diferentes países de Europa y América Latina, los de nuestro continente fueron los encargados de cubrir el evento para la revista internacional especializada en crítica NISIMAZINE y el periódico “Vértigo” del Perú, allí Fidel publica entrevistas hecha a importantes directores de cine latinoamericano y editoriales en castellano e inglés.
Es miembro de la Cámara Júnior Internacional, capítulo Portoviejo, donde se desempaña como relacionista público.
Sus nombres completos son Carlos Fidel Intriago Zambrano. Sueña que vuela.
EL INVENTO DE HISTORIAS FALSAS.
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