Cuando empieza a caer el sol de los primeros días de octubre sobre el mar de Manta, pasando las cinco de la tarde, uno a uno van llegando los estudiantes del cuarto semestre de ingeniería civil al respectivo laboratorio, donde los espera Jorge Carrillo, jefe del departamento de laboratorio de suelo y hormigón, con amplia experiencia en el tratado de los materiales de construcción.
Con todo listo para comenzar, cinco minutos después los alumnos realizan varias prácticas de estudio científico de dichos materiales, donde se analiza su resistencia y consistencia, de las lozas fundidas, por ejemplo, o los tipos de suelo donde diariamente pisamos, ignorando su utilidad y como influyen a la hora de levantar los edificios que rodean las grandes metrópolis del mundo.
Don Jorge, como le llegué a decir, se encontraba clasificando los distintos tipos de suelo por su humedad, acto seguido demuestra un ensayo de CBR que sirve para los diseños de pavimento desde grandes carreteras hasta pequeñas calles de la ciudad, para ello se revienta una máquina de CBR una muestra de hormigón y así medir la capacidad del suelo una vez logrado el pavimento.
Asimismo se mide la resistencia de una loza fundida para comprobar si cumple con el diseño aprobado por una fiscalización contratada, esto se lo hace en la máquina de prensa de hormigón, la prensa va aplastando la muestra de 30 centímetros de largo y 15 centímetros de diámetro, comprime el bloque hasta que éste se cuartee.
Brevemente un estudiante explica la finalidad de la máquina de prensa de hormigón, “El aguante de presión máximo que una loza puede recibir se lo hace con una sencilla fórmula; los quilogramos fuerza que aguanta el bloque de los divide por el área del mismo y como resultado se obtiene la presión que el bloque resiste” claro está que la muestra debe obtener la cantidad precisa de los distintos materiales en la mezcla del concreto, es decir, agua, cemento, arena, piedra y otros aditivos.
Así, a las seis de la tarde termina el ensayo de de hoy, dejan los demás bloques en agua para proseguir el siguiente día, anotan en un papel las últimas medidas, y se marchan satisfechos, puesto que si el ejemplo funciona, están listos para levantar los cimientos que sostienen los edificios del progreso.
OCUTBRE/2006
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